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Fotografía de Pinterest
Decidí venir a Barcelona en un segundo.
A finales de enero me operaron y la doctora me prohibió todo lo que solía hacer habitualmente en mi tiempo libre, sobre todo desde hace un año (senderismo, bicicleta de carretera, gimnasio) aunque también me prohibió mis habituales (¡incluso el yoga!). No pudiendo hacer todo eso y permitiéndome viajar, decidí irme un fin de semana. Ok, me voy.
“¿Puedo venir a vuestra casa?”, mensaje a mi amiga Anna.
“Sí claro, esta es tu casa. Únete a nuestros planes o haz los tuyos, lo que quieras. Te advierto que ahora nuestros planes son muy básicos con Lola pero eres bienvenida a todo”.
“Quiero hacer planes con vosotros, por eso vengo, para estar con vosotros”.
Sobre la amistad escribí en este otro artículo:
Cuidar de la energía
La energía para mí es muy importante y trato de cuidar de ella al máximo. Por eso elijo dónde me coloco, dónde me llevo, con quién, qué hay a mi alrededor, en qué ambientes me sumerjo y qué cosas hago en mi tiempo libre.
Las personas, en esto, son claves. Estar con personas que me inspiran, me suman, me hacen sentir cómoda, personas con las que una puede ser ella misma. Personas que se abren y te permiten que tú hagas lo mismo.
Hace tiempo que no estoy por estar con alguien. Puede que a veces parezca muy “radical” pero yo lo llamaría, hacer caso a mi intuición. Si en un encuentro, en un café, ya veo y siento que es que no, no repito, no sigo, no invierto más. Mi tiempo y mi energía son sagrados y no quiero parecer una sobrada pero prefiero estar sola que en lugares donde sé que es un “NO”. No siempre he sido así, esto es algo que he cultivado e incorporado con los años, conociéndome más y haciéndome caso.
–Algunas preguntas que podemos hacernos para revisar esto
¿Cuántas veces no permanecemos en vínculos sin realmente sentir más conexión con esa persona? Esas amistades antiguas que ya no son pero que quizá mantenemos porque son de toda la vida y “sabe mal” soltar. ¿Y no sabe mal estar poniendo energía y tiempo en lugares en los que no conectas?
¿Qué es eso de “quedar por quedar”? “Quedar para no sentirnos solos, para llenar huecos y vacíos…? ¿Qué estamos tratando de llenar? ¿A quién tratas de complacer?
¿Qué sucede si nos quedamos a solas, qué sientes, qué sucede en ti?
De muy jovencita tenía pánico a estar sola. Sola físicamente. Un temor que no podía sostener. Me independicé muy joven, a los 18 años ya me fui de casa y aunque compartía piso, muchas veces estaba sola. Cada vez que eso sucedía, lo pasaba fatal, de ahí que tratara siempre evitarlo llenándome de planes y de cosas que hacer. Era un miedo inmenso que venía de atrás. Un miedo que con los años superé y pude llevarme a otro lugar porque aunque soy muy sociable y me encanta estar con gente, amo mis momentos a solas, los busco, los provoco, los coloco en mi agenda de forma natural, espontánea y constante.
Elegir mis planes
Y del mismo modo que elijo rodearme bien, elijo mis planes.
Me gustan los planes sencillos.
Aunque amo también la intensidad, de ahí mi parcela en la montaña, bicicleta, ciertos tipos de viaje*… me encanta lo más simple y cotidiano.
Leer más aquí:
Hoy diría que he encontrado un buen equilibrio entre lo más sencillo y actividades más retadoras.
A veces no necesito más que ir al mercado un sábado por la mañana, comprar flores, tomar un café con amigos… y regresar a casa y estar tranquila en mi propio mundo. Para mí esto son grandes planes. Son cosas que me gustan y me llenan por dentro.
Por supuesto luego, mi inquietud me pide otras cosas. Hikes en la montaña, salir en bicicleta ahora que estoy tratando de progresar en la carretera, estar en la naturaleza, comidas-encuentros con amigos, planes sociales (ir a una inauguración, exposición, evento...), viajar y descubrir mundo. Pero para mí pasear con mi amiga en Barcelona y su familia de tres es un regalo y es lo que elijo (compartía aquí algunos momentos). Rodearme bien de personas como ellos. Personas generosas, abiertas, interesantes, curiosas, creativas, hermosas por dentro y por fuera.
Ahí dejo esta reflexión.
Gracias como siempre por acompañarme, un abrazo,
Anna
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