Mi negocio estaba agotándome
Dejé mi ego a un lado y me gané a mí misma
ACCESO A LA SUSCRIPCIÓN DE PAGO - ¿Por qué unirte a esta versión?
Se trata de una versión privada y de pago con acceso a todos los artículos publicados (públicos y privados) y los que se seguirán publicando con contenidos extras, más profundos, íntimos, hay workshops y clases, audios, recursos como meditaciones (sobre todo en los antiguos) y es un modo de apoyar a quiénes escribimos y compartimos nuestra escritura y saber a través de esta plataforma a cambio de un precio simbólico (el equivalente probablemente a dos cafés de especialidad).
También puedes compartir fragmentos de mis textos en redes sociales mencionándome, compartirlo con alguien vía email, y ayudarme a llegar a más personas para que el mensaje toque a quiénes puedan necesitarlo. Gracias por leer y apoyar.
Retrato de Jessica de Lima
En abril de 2024 dije “basta”, “suficiente”.
Llevaba 5 años con mi negocio (mi segundo emprendimiento) y estaba exhausta, no podía más. No podía más con empujar, luchar, esforzarme, que todo costara tanto, siempre tener que estar “ahí afuera” diciendo lo que hacía, proponiendo mis servicios, mostrándome, con estrategias de comunicación, intentándolo todo y sentir que no era suficiente. Estaba en alerta, activada constantemente.
Yo quería que fluyera pero la verdad es que no estaba fluyendo.
Yo quería que las personas vinieran a mí de un modo más natural, más orgánico, menos costoso.
Pero no sucedía y yo seguía apretando.
Algo que iba totalmente en contra de lo que yo quería y necesitaba.
Mi sistema nervioso estaba saturado.
Y disfrutaba cuando hacía mi trabajo pero había tanto de todo lo demás, que de manera silenciosa y a causa de todo el esfuerzo tan inmenso que estaba poniendo en el negocio, me fui desconectando.
Y exploté. Dejé de sentir ese gran deseo que había sentido por las sesiones de coaching.
Dejó de apetecerme. Estaba costando demasiado… Y pasaba más horas en lo marketiniano y comercial que sentada frente a alguien acompañándole en su proceso.
Y ese mes, en abril, algo dentro de mí cambió, algo hizo click y me sentí preparada para soltar. Para soltar mi negocio si eso no era lo que me tocaba estar haciendo porque yo, sinceramente, soy de las que piensa que lo que ha de fluir, fluye y sino, algo hay que ver, algo hay que atender y averiguar. No creo que haya que forzar y apretar tanto como para que algo funcione. Sí hay que trabajar, hacer ciertas cosas, estar presente, no esperar que las cosas caigan del cielo… pero entre eso y el otro extremo, hay todo un abismo. No creo que las cosas deban funcionar desde la lucha y el empujar.
Mi yo de antes y mi yo de ahora
Pero esto no ha sido siempre así. Mi yo de antes, diría que desde pequeña, era de empujar, apretar, forzar, luchar. La ley del esfuerzo estaba bien impregnada en mí. Del hacer y más hacer y de producir y del high performance.
Hoy no. Hoy estoy en otro lugar y lo estoy con todo, no solo en lo profesional.
Pienso lo mismo en relaciones de pareja, por ejemplo. Por supuesto estos vínculos piden “trabajo”, compromiso, presencia, elegirse cada día… Pero eso no es para mí lucha y forzar. Tampoco con las amistades o con cosas de la vida. Si algo no va, si algo no sale, siempre pienso en qué puede estar pasando y evalúo si se puede abordar de otro modo, hacerlo diferente, probar distinto porque si como ahora está yendo, no va, por seguir haciéndolo igual, ¿acaso va a ir? Hacerlo diferente, si es posible, puede llevarnos a otros resultados y si no aún así funciona, ¿quizá haya que soltar?
Esto es lo que yo sentí con mi negocio.
Dejé mi ego a un lado y solté
Lo sentí. Sentí que podía hacerlo. Que podía desapegarme de mi etiqueta profesional y abrirme a otras cosas. Dejar mi ego a un lado, dejar de preocuparme por lo que dirán y centrarme en lo que yo necesitaba: estar tranquila, vivir con más estabilidad, dejar de luchar y de hacer fuerza, ser abundante sin presionar y seguir viviendo cada vez más, ese estilo de vida que había decidido para mí.
Entonces me pregunté: ¿qué puedo hacer?
Si dejo mi negocio, ¿qué otras cosas puedo hacer?
Lo primero que vino a mí fue la comunicación. Esta había sido mi profesión por un mínimo de 10 años. Podía volver a ello. Así que eso hice. Me abrí a la posibilidad de moverme de nuevo a este sector y me entregué. A la vida, al proceso, al momento…
Y la vida respondió. Respondió con dos propuestas de trabajo ambas grandes, importantes e interesantes y ahí tuve que elegir.
Hoy, un tiempo después, sigo en ese lugar que elegí.
Dejé de atender individualmente en sesiones de coaching, regresé a la comunicación, dejé en stand by mis otros proyectos y me centré en un proyecto inspirador que me atrapó desde el primer instante.
Mi elección en ese momento me hizo tomar ciertos caminos y desvíos.
Hace unos meses tomé nuevas decisiones. Tras varios emails de distintas personas preguntándome por mi coaching, decidí darme otra oportunidad.
¿Y si ahora esto surgiera de un modo más orgánico y pudiera centrarme en estar con la persona en la sesión y no en todo el marketing y la venta? Podía hacerlo, quería hacerlo y lo hice, di de nuevo el salto y me abrí nuevamente. Me llevé a probarlo desde otro lugar y combinando con este otro proyecto en el que estoy desde el verano pasado.
Ninguna decisión es para siempre
Siento que lo importante es escuchar lo que necesitas ahora y tratar de buscar el modo de proporcionártelo.
Claro que amaba hace un año el coaching y la terapia, creo en ello, yo he vivido transformaciones gracias a esos trabajos y mi deseo siempre fue compartir y acompañar a otros para llevarles a vivir una vida más real, auténtica y alienada como yo siento que vivo, pero no quería más a la fuerza porque eso solo te lleva a desgastarte, te quita energía, bienestar, conexión, presencia, felicidad.
Hace un tiempo hablaba ya de todo este proceso que he vivido, por si te apetece saber más y si quieres probar nuevos rumbos y caminos y trabajarlo con alguien, aquí estoy, de nuevo, hasta nuevo aviso, puedes ver todas las opciones siempre en mi web y si quieres compartir tu visión al respecto, más abajo tienes espacio para ello.
Gracias por leer. Un abrazo,
Anna
OTRAS INFORMACIONES DE INTERÉS
// Si quieres una copia de mi nuevo libro, puedes hacerlo a través de la web de mi editorial Ibera Ediciones, aquí. A través de mí, copias firmadas, puedes encargarlo aquí. Y si quieres una copia también de mi primer libro, ver aquí, escríbeme por email y te mando ambos juntos.
Hola, Anna. Qué maravilloso este texto. Me siento súper reflejada porque los negocios... ¡Agotan! y se llevan por delante mucha energía en todos los aspectos. Yo estoy igual hace un año y además, mezclado con una enfermedad... pero nos aferramos tanto a estos negocios - sueños que quizás ahora mismo... No son. Al menos, yo. Es sentir que he fracasado y que soltarlo un ratito, es hacerlo para siempre. Gracias por compartir. Un abrazo.
Gracias por compartirte Anna. Es muy inspirador leerte. Muchas personas no se atreven a hacer ese cambio.