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Imagen de Pinterest
En esto, como en todo en la vida, habrá tantas opiniones y experiencias como personas existen en el mundo. Pero, ¿no es cierto que tendemos a malpensar cuando una mujer le pide de hacer un café a un hombre (o a la inversa)? “Querrá algo” “¿Qué quiere, le intereso?” “Si digo que sí, ¿a qué estoy diciendo que sí realmente?”
Y muchas veces no son sólo los implicados los que juzgan y piensan más de la cuenta sino los de alrededor que lo ven desde fuera y a quiénes quizá se les hace partícipes al compartirles la invitación al susodicho café.
Este es un ejemplo de situación y podrían haber muchas más.
A mí personalmente la amistad en general me fascina, me enriquece, es un imprescindible para mi vida y las personas que forman parte de ese grupo, son muy importantes. He hablado en varias ocasiones de ella, aquí por ejemplo la última vez.
Mis grandes y principales amistades son mujeres, sí.
Pero he tenido y tengo amigos. Desearía que hubiera mayor presencia masculina, sin duda. Que la energía masculina (del hombre, porque ya sabemos que nosotras también la tenemos pero es distinta en un sexo y en otro), sin ser una pareja, estuviera más presente a mi alrededor. Y quiénes me conocen, ya saben que allí dónde pongo mi atención y mi foco, allí que voy. En los últimos meses he estado observando mucho y he ido notando como la presencia de esta figura que deseaba tener cerca, ha ido apareciendo. Esto es lo que ha pasado…