Qué poca idea tenemos de la vida de los demás
y qué aficionados somos a crear personajes de ellos y de sus vidas, a juzgar y etiquetar
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Estos días todo el mundo felicita el nuevo año, aunque quizá haga siglos que no te dices nada y no sabes de la otra persona por meses (o años). Y no voy a entrar en si me parece bien o no este asunto (¿Es esto felicitar por quedar bien? ¿Qué sentido tiene hacerlo si no mantienes el contacto, es una especie de postureo - falsedad? Ahí lo dejo) pero el caso es que hay quien te felicita y se aventura a decirte cosas como: “Te veo muy bien”.
¿Me ves muy bien?
¿Cuándo fue la última vez que me viste? Quizá hace un año.
¿O me viste y yo no me di cuenta?
Eso es algo que pienso pero sin tiempo a preguntar porque la otra persona se explica ella misma.
No entro mucho en Instagram pero las pocas cosas que vi tuyas se veían estupendas, tan feliz con todo.
Eso me lleva de nuevo a una reflexión que he tenido en varias ocasiones conmigo misma, con personas amigas y de hecho, hace algún tiempo también por aquí, recupero ese artículo:
Creemos saber de la vida de los demás a través de lo que vemos en redes sociales.
A menudo creamos personajes de personas que no conocemos. Ponemos etiquetas, personalidades en ellas a raíz de unas pocas fotografías, stories, comentarios. Pero nada de ello es real a menos que conozcas personalmente a la persona.
Hay quién dice que las redes engañan, que muestran una imagen engañosa e idílica de la vida de otros. Bueno, habrá de todo, ¿digo yo, no? Es decir, habrá quien cree personajes por un negocio, o marca, o por aparentar e impresionar, por inseguridades, vayamos a saber porqué… pero luego hay quienes comparten honesta y genuinamente lo que desean y sienten pero aún y haciéndolo así, eso no es un fiel retrato ni de quiénes son ni de su vida ni de cómo están o se sienten porque eso son sólo partículas.
Yo lo he vivido y sigo experimentando en mí y lo veo también en personas que conozco y están “ahí afuera”. Comparto lo que me inspira, lo bello, lo hermoso… también en ocasiones los desafíos de la vida, algunas crisis… sobre todo cuando me he dedicado 100% a la psicología y el coaching, como modo de inspiración para otros pero, en líneas generales, la gran mayoría no solemos compartir la discusión que acabamos de tener con algún familiar o con la pareja, si tus hijos tienen problemas en la escuela o no llegas a final de mes o quizá te acabas de separar.
¿Y es eso engañar?
No lo creo. Tampoco siento que sea mostrar una imagen falsa de ti. Simplemente no es necesario contarlo todo. De eso va la libertad, ¿no? De compartir lo que sientes, deseas, igual que a un amigo le cuentas lo que sientes cuando te sientes preparado.
Así que cuando esta persona me escribió felicitándome y con esa coletilla, pensé:
“Ostras, qué poca idea tenemos de nada”
No por ella sino por todos en general que a veces pensamos que lo sabemos todo y juzgamos, proyectamos de modo automático y sin darnos cuenta y a menudo eso es un gran error…
Me encantará leer lo que opináis sobre este tema y por favor que dejéis vuestros comentarios a continuación en lugar de escribirme por privado para así poderlo ver todos. Así nos enriquecemos más personas. Gracias de antemano por animaros.
La semana que viene regreso con el primer email privado.
Un abrazo,
Anna
OTRAS INFORMACIONES DE INTERÉS
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Yo también lo he experimentado desde ambos lados del teléfono, desee la que recibe comentarios sesgados de lo que comparto pero también desde la que ve a otras personas en videos y fotos y se hace una idea (casi siempre incompleta) de cómo puede ser la vida de esa persona. Creo que estamos obligadas a recordarnos cada día y y cada interacción que se ven las caras pero difícilmente el corazón. Gracias Ana por tu autenticidad.
Totalmente de acuerdo con lo que escribes, Anna. Me ha pasado alguna vez exactamente lo mismo. Recibir un mensaje: “hace un montón que no hablamos pero te veo a tope eh”. Y la realidad ha sido otra. Pues si, tenemos poca idea de la vida de los demás y juzgar únicamente por lo que vemos en redes sociales es caer en un error enorme.
Gracias por expresarlo. Ojalá esto nos inspire a hablar más, preocuparnos más y “ponernos al día” de la vida de alguien llamando o tomando un café y no a través de las publicaciones de Instagram. 🧡