He dejado de hacer mucho de lo que hacía
Porque nada es para toda la vida y hay que aprender a soltar y darse el permiso de dejar de hacer aquello que ya no suma o sirve
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Fotografía de Tina Sosna
No mucho tiempo atrás practicaba yoga por 6-7 días por semana. Hoy un día, a lo sumo dos. Habitualmente aún vinyasa pero he prácticamente dejado de hacer yin yoga.
Tampoco escribo con la regularidad que lo hacía. Ni por aquí, ni en mis diarios, ni en mis papeles u ordenador para seguir escribiendo historias o cosas que deseo plasmar en el papel. Encuentro casi siempre el momento de pasar unos minutos por el papel pero no suelen ser mis largas parrafadas habituales.
Escribir siempre me ha servido, siempre me ha funcionado... De hecho tengo pendiente escribir un artículo sobre "Porqué escribimos", puede que sea el próximo por aquí pero ahora mismo, no está en mis prioridades o primeras necesidades.
Casi no escucho podcasts, algo que solía hacer a diario y a todas horas.
Tampoco estoy leyendo libros de psicología, neurociencia, crecimiento personal... No estoy leyendo libros que solía elegir para mi desarrollo profesional pero también personal.
He dejado de estudiar y hacer cursos.
¿Y qué estoy haciendo? ¿Qué ocupa ese espacio y tiempo libre?
Salgo en bicicleta (de carretera),
voy al gimnasio a fortalecer mi cuerpo (sí, hago pesas),
veo series cuando me siento aburrida o con tiempo libre (no es que antes no lo hiciera, simplemente que ahora posiblemente más),
salgo a la montaña-naturaleza a hacer trekkings,
escucho música cuando antes escuchaba podcasts.
Leo novelas si es que leo algo (el último libro que he leído y que recomiendo muchísimo es Cleopatra y Frankenstein y ahora estoy leyéndome Rebelión en la granja de George Orwell).
A veces no hago nada, simplemente.
Si estudio algo es italiano, aunque también está siendo un desafío enfocarme en ello.
Estoy en una fase de mi vida que diría que en algunos aspectos se siente mucho más yang y eso que acabamos de entrar al otoño y se supone que deberíamos caminar hacia parar, ir hacia adentro... actitudes más yin pero ese "se supone" deberíamos desterrarlo igual que los "debemos" "he de..." porque eso no nos ayuda.
Obvio que existen obligaciones y cosas que hay que hacer pero fuera de ello, démonos el permiso de,
elegir qué hacer con nuestro cuerpo (qué clase de movimiento y estimulación le damos),
cómo nutrir nuestra mente (o dejar de hacerlo porque estimularnos constantemente, sinceramente, a veces resulta excesivo y abrumador)
cómo pasar el tiempo libre que tenemos....
No hay que llenar los espacios de actividades.
No hay que ocuparse del "vacío" que a veces nos abruma y meternos en miles de haceres, actividades, conversaciones y encuentros.
A mí me pasa últimamente a menudo que me encuentro, estando sola, dónde antes metía todas esas cosas que decía al principio (escuchar un podcast, aprender algo nuevo, leer el último libro de algo sobre lo que deseo aprender, hacer un workshop, atender a una clase, hacer yoga, hacerme un ritual, meditar por tercera vez en el día...) estoy decidiendo... no hacer nada, aunque me resulte complejo y a veces quiera llamar a alguien y enrolarme en una conversación que me distraiga y ocupe...
Y es que la gran mayoría hemos estado en el hacer en infinidad de momentos de nuestras vidas y cuando uno se para, se sienta en el sofá y lo único que quiere hacer porque es LO QUE LE APETECE es darle al PLAY de Netflix, se siente culpable. Yo he decidido dejar de sentirme así. Porque ahora me toca esto. Es lo que necesito.
Claro que quiero aprender y hacer muchas cosas y cuando me veo "parada" por unos segundos me atormento a mí misma pero igual que hace años decidí soltar mi miedo a no tener tiempo suficiente en esta vida para ver todo lo que hay en el mundo (miedo a no poder viajar a todos los sitios que deseo) o ver todo el cine que desearía o leerme todos los libros de mi lista... suelto esto también. Porque claro que no podré. Claro que no podremos. Es tan inmenso el mundo y las posibilidades que a la mínima que seamos algo inquietas, no vamos a poder abarcar todo eso que una parte de nosotras desea y que así sea, ESTÁ BIEN.
Ahora, mi ser necesita sofá y Netflix y mañana, veremos.
ME DOY PERMISO y punto.
Así que ahí está mi yin, al final, todo se compensa y se balancea.
Necesito mover mi cuerpo, estimularlo, marcarme ciertos objetivos con la bicicleta, las salidas a la montaña y el deporte en el gimnasio... pero fuera de esas actividades, me apetece parar.
Con esto, cierro la reflexión de hoy. En realidad no se trata de quitar cosas para meter otras. Se trata de dejarse ser con lo que ahora se sienta.
¿Y tú? ¿Te estás dando permiso a hacer realmente lo que te da la santa gana? ¿Lo que verdaderamente te apetece y necesitas?
¿Te sientes más yin, más yang?
Hoy no somos la persona que éramos a principios de año, ni hace dos o tres, ni siguiera la persona que éramos hace una semana así que escuchemos a diario, qué necesitamos en cada momento y permitámonos cambiar de opinión si ahora necesitamos otras cosas. Recordemos que no somos lo que hacemos o producimos. Somos quiénes somos.
Algunas recomendaciones
Antes de despedirme, quiero compartir algunas cosas, que hace días que no paso por aquí y me apetece dejar algunas cosas que me nutren. Tómalas o suéltalas. Ya sabes que a nuestra vida, damos la bienvenida a lo que es para nosotros, el resto, lo dejamos pasar de largo.
Artículo de El País sobre los dolores de regla, es impactante lo que llegamos a sufrir las mujeres cada mes... Y lo que se normaliza la cosa, lo poco que se entiende el asunto y la inexistencia de modos de mejorar en éste campo.
Sobre las amistades muertas, también en El País
He creado esta playlist para la temporada de Otoño,
Me encanta la música de Sandra Bernardo y verla en concierto ayer por la noche en Mallorca fue un regalo, aún me enamoró más su música.
Series para entretenernos y echarnos unas risas: Emily in Paris y Un hijo tuyo, ambas en Netflix.
Una propuesta de escritura que leí de Michelle Baker en una de sus últimas newsletters:
escribirle una carta al verano agradeciéndole todo lo que nos ha dado...
otra carta al otoño, agradeciéndole todo lo que nos ha dado también, como si ya se hubiera ido y nos hubiera brindado todo lo que deseamos.
Y esto es todo por ahora. Feliz entrada al otoño, feliz domingo y feliz semana,
Un abrazo fuerte y hasta la próxima carta,
Anna
OTRAS INFORMACIONES DE INTERÉS
// Si quieres una copia de mi nuevo libro, puedes hacerlo a través de la web de mi editorial Ibera Ediciones, aquí. A través de mí, copias firmadas, puedes encargarlo aquí. Y si quieres una copia también de mi primer libro, ver aquí, escríbeme por email y te mando ambos juntos.
Hola, Anna.... Yo a esto le llamo "tierra". Me pasa a veces, como un péndulo... Cuando paso épocas de muy "espiritualidad y estar en mí, analizando todo y trabajando en mí" necesito ir al otro lado, más tierra, más... "llámalo X" y hacer cosas más terrenales, darme menos importancia y ya. De hecho, estoy en una de esas. Había vuelto a yoga hace unos meses y hoy lo he parado... me estaba haciendo más daño que bien porque no es el momento así que.... Leyendo Drácula estoy (una maravilla), pintando y haciendo Seo. Pues fantástico. Un abrazo muy muy grande... siempre que lo haces, me encanta leerte, ya sabes.